15 de julio de 2013

¿Tienes Mala Suerte?

La mala suerte no existe. Ni la buena tampoco.

Si basas tus decisiones en la suerte, a la larga serás un perdedor, simplemente porque tomarás decisiones equivocadas basadas en un concepto erróneo.

Si oyes a un jugador hacer comentarios del tipo "Juego estas cartas porque me gustan y me dan suerte" o "No gano porque no tengo suerte", estarás ante un perdedor nato.

La suerte es un concepto que sólo se puede aplicar en tiempo pasado (cuando el suceso ya ha ocurrido), nunca en tiempo futuro. Por lo tanto la suerte no debe considerarse a la hora de tomar una decisión sobre una acción futura. La probabilidad de que se produzca cualquier suceso aleatorio, es precisamente la que dicta la ley de probabilidad.

Si con tu par de mano no ligas una trucha en ocho ocasiones seguidas, la probabilidad de ligarla en la siguiente oportunidad es exactamente la misma que la probabilidad de ligarla la primera vez. Es decir, que al ser sucesos independientes, el no haber ligado la trucha en varias ocasiones anteriores no aumenta las probabilidades de hacerlo la siguente vez. Siguen siendo una de cada ocho. Cada vez.

Entonces, ¿porque tantos jugadores hablan de la "su mala suerte"?. Por dos motivos:

1) Memoria Selectiva.
Cuando pierdes una mano que parecía imposible perder, este hecho traumático permanece en tu memoria selectiva mucho más tiempo que cuando ocurre al revés y eres tú el ganador.

Haz una prueba. Pregúntale a cualquier jugador si recuerda cual fue la última vez que perdió una mano por mala suerte. Instantáneamente empezará a recitarte un sin fin de jugadas ocurridas ayer mismo. Luego dile que te comente las jugadas en las que más suerte tuvo. Seguro que tendrá que pararse a recordar y si te cuenta alguna, ocurrió hace tiempo. Eso es la memoria selectiva.

2) Justificación del Mal Jugador.
Cuando un jugador es perdedor, tiene dos alternativas. Reconocer que juega peor que los demás (la única forma de poder mejorar) o que él es un excelente jugador y que pierde porque tiene mala suerte. Te sorprenderías de la cantidad de jugadores que piensan así. Admitir que juegan mal, hiere su amor propio y su orgullo y resulta mucho más fácil cargarle el muerto a la "mala suerte".

Si tienes pérdidas consistentes a largo plazo, debes decidir si quieres aceptar que juegas mal para mejorar o seguir engañandote y creer en la "mala suerte".

Podrás reconocer a estos personajes perdedores porque, al creer en la suerte y no en las probabilidades, les suele gustar jugar a los juegos de azar como la ruleta o la lotería y en todos ellos seguirán siendo unos perdedores. Aunque no te lo creas, no resulta raro ver a jugadores de poker que, entre mano y mano se levantan de repente a apostar a la ruleta, para regresar corriendo a la mesa de poker cuando se reparte una nueva mano, pero con un ojo puesto en la ruleta. En realidad les gusta el juego por la emoción de jugar y no por ganar.

Nadie tiene mala suerte por naturaleza. A lo largo de una carrera de jugador de poker la suerte no será un factor relevante en tus resultados globales, porque a largo plazo la mala suerte se compensará con la buena. Pero si no es así y tienes "mala suerte", deja de jugar o aprende a hacerlo mejor.

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